Me ha despertado mi mamita, que me ha telefoneado desde Montevideo... ¡Qué alegría escuchar su voz! Una voz conocida, un apoyo lejano. Mis chavitos también me envían muchos recuerdos.
Aix... les extraño mucho ya.
Me queda una semana para empezar la University, ¡que nervios!
Aliana me ha preparado un desayuno de lujo y me ha dicho: "Nenita, arréglese pronto que hoy iremos a ver Madrid". Y eso hemos hecho:
Primero me ha llevado a la plaza de Sol, que es el lugar donde los españoles celebran el Año Nuevo, y hemos visto el Oso y el Madroño, una linda estatua que representa el icono de Madrid.
Tras la Gran Vía, y la Plaza de España, Ali me ha llevado al templo de Debod, un lugar lindísimo.
Todo Madrid parece estar hechizado, o más bien la hechizada soy yo. Adoro esta ciudad, ya la adoro y sólo llevo unas horas. En Madrid hay muchísimas personas: que caminan velozmente, que sonríen, que hablan por el celular... Personas madrileñas, españolas, gente inmigrante. Adoro Madrid.
A la hora de la comida, cuando nuestra tripa empezaba ya a rugir, hemos entrado en un restaurante llamado El Museo Del Jamón, de la calle Gran Vía 72, por si a alguno de ustedes le interesa. Ponen unos bocatas riquísimos, y a un buen precio. Yo me he comido uno de jamón serrano, muy español (jeje) y Ali uno de tortilla española.
Después de haber rellenado el estómago, Ali me ha llevado al parque del Retiro, uno de los parques más importantes de Madrid. Nos hemos cogido un autobús que nos iba a llevar directas. Por cierto, ¡qué maravilla de transporte tienen los madrileños! El metro está chévere, qué eficaz...
Sin embargo, en el autobús ha ocurrido un suceso que me disgustó mucho, les comento: Ali y yo nos montamos en el autobús, y nos quedamos de pie ya que los asientos estaban completos. En una estrecha calle madrileña, el autobús frenó de repente, e hizo que nos desequilibráramos un poco. Sin querer, le di un pequeño empujón a una señora, algo mayor, y rápidamente la pedí disculpas: "Discúlpeme señora, no era mi intensión, ¿está usted bien?"
La chava no me contestó, se giró hacia una amiga y la dijo:
"Por Dios, sudamericana tenía que ser, no hay derecho".
En ese mismo instante, se me ha puesto una cara tonta y no sé bien por qué, me han entrado ganas de llorar. ¡Lo había hecho sin querer! Además... ¡La había pedido disculpas! ¿Hubiese sido igual si yo no hubiese sido nacional?
Ali me ha hecho bajarme del bus porque habíamos llegado, me ha achuchado y me ha dicho: "Nenita, no te lleves una mala impresión por este percance. Todavía hay gente así, pero agradezcamos a Dios que cada vez haya menos".
Este suceso me ha dejado toda la tarde con mal sabor de boca, pero no ha impedido disfrutar del lindo parque del Retiro, que me ha encantado.
Así, tras todo el día paseando de acá para allá, entre estrechas y grandes calles, y entre jardines y ladrillos, hemos caminado hasia casa de Ali y ahora estamos aquí, cenando algo de pizza y viendo Anatomía de Gray.
Mi family va a llamarme dentro de un ratito, y mañana contactaré por Internet con mis amigos. Además, mañana Aliana y su amiga Laura me van a acompañar a encontrar amueblados y un trabajo.
Me siento cómoda con ellas, y feliz de estar aquí, al menos, un poco menos aterrorisada que ayer porque me aportan un apoyo incondicional al estar tan lejos de los que amo.
Lo que me pasó esta tarde no deja de pasarse por mi cabeza, ¿Por qué sigue existiendo racismo en un mundo tan multicultural, y en un país con tanta gente extranjera? ¿Es que acaso no les caemos bien? ¿Es que acaso nos ven con otros ojos? Aquello no era justo, los españoles también habían sido inmigrantes en su historia. ¿Cómo puede seguir existiendo gente con una mente tan cerrada en el mundo y en la época en la que vivimos?
Amo Madrid, y quiero mucho a España, y ninguna persona va a cambiarme ese sentimiento, lo sé.
Espero que no me vuelva a suceder esto, y ¡Que el ambiente universitario sea chévere! Les dejo unas instantáneas que hemos tomado hoy de Madrid.
Ai, me llama mami. Chao :)
¿Algún estudiante extranjero podría decirme como le está yendo acá?
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