viernes, 22 de octubre de 2010

¿Sudaca?

Después de coger el metro esta mañana con Aliana, por fin la he visto: 
FACULTAD DE MEDICINA. 


He notado como mi corazón se aceleraba, y no he podido dejar de temblar. Ante mis ojos, mi sueño, mi nueva vida, la razón para continuar adelante. En ese momento, he olvidado mis miedos, mis añoranzas y me he dado cuenta del gran esfuerzo que todos han tenido que realisar por mí.
Únicamente faltan unos días para comenzar el curso, y lo estoy deseando.
Hemos entrado y hemos visto un poco las instalaciones... ¡¡Oh, que lindo es todo!! DESEO COMENZAR LO ANTES POSIBLE. El recuerdo de mi familia ha estado presente durante toda mi visita, ya que no hubiese sido posible esto sin ellos.
Mucha de la plata que ahorre, debo enviársela ya que todo esto les está dejando en los huesos y allá tienen más necesidades que yo. Allá nadie quiere decirme nada, pero no lo están pasando muy bien. Papito si quiera tiene trabajo y mamita tiene que trabajar duro para poder alimentar a los chavos.

En cuanto a mí, después de mi visita a mi facultad, a la cual debo regresar en pocos días, hemos decidido ir a buscar empleo.
Creo que he puesto mis datos en todos los restaurantes de comida rápida de Madrid, así como en un montón de cafeterías, tiendas de ropita y establecimientos. En todos he recibido la misma respuesta: "Ya la llamaremos señorita".
Y espero que sea pronto, ya que necesito plata para sobrevivir y que pueda sobrevivir mi family. De los 300 euros con los que vine, apenas me quedan 150 ya que aquí en Madrid todo está realmente caro. El transporte, la comida... El dinero aquí vuela, sin saber muy bien donde.
¿Alguien sabe de algún sitio donde encontrar empleo? ¿Alguien podría informarme de lugares que necesiten ayudantes? ¡¡URGENTE!! Gracias chavos.

Después de comer, Gabriela, Laura y Aliana me han comprado un pastel para conmemorar que esa misma tarde me alojaría en mi nuevo amueblado de Lavapies. Que nombre más feote, ¿really? 
Hoy me he reído por primera vez en lo que llevo aquí en Madrid.
Las nenitas me han comprado unas flores y me han ayudado a hacer la maleta para instalarme, y las 4 hemos ido hasia mi nuevo hogar.
La casera nos estaba esperando en la puerta del amueblado, me ha dado unas llaves del piso y me ha llevado a mi nueva habitación. ¡Es muy linda!.

Entre besos y abrazos para despedirme de mis nuevas amigas, no he podido evitar ponerme un poco triste: no hay más de pocos días que me había despedido de los seres a los que amo, sino que ahora tenía que despedirme de las chavas que me habían apoyado desde que llegué. Estaba siendo todo tan complicated, que a pesar de mi fuerza, me estaba costando mucho adaptarme y tirar duro hacia delante...
- Vos no debe ponerse triste, princesa. Nos veremos siempre que podamos, ¿entendido?; me ha dicho Ali; no se preocupe, y llámame sea lo que sea.

Cuando se han ido, la casera me ha informado de todo: 
"A ver niña, Lucas (el chiquito argentino) trabaja todo el día y viene más o menos sobre la hora de cenar, o un poco antes. Baahir y Laia trabajan también todo el día, en un Kebab de esos, y tienen dos hijos: Chahila, y un bebé que no sé como se pronuncia. Los indios viven en la habitación de al lado de la cocina y Lucas vive en la habitación de tu izquierda. No armes follón, no pongas la música alta ni traigas mucha gente al piso, ¿Te has enterado? La cena te las haces tú, y comes cuando quieras, no hace falta que esperes a los demás. Y quiero el dinero todos los meses, yo vendré a por él. Pero no quiero ni un mes de retraso que me conozco a los sudacas como vosotros, ¿vale? Ale adios niña." y ha pegado un portazo.

¿"Sudacas"? ¿Por qué ha empleado ese término tan despectivo? Que me disculpe la buena chava, pero yo soy sudamericana y A MUCHO ORGULLO. ¿Por qué nos tendrán esa fobia? Al fin y al cabo somos hermanos, casi de sangre.
¿Por qué aún se sienten atemorizados ante nuestra llegada? ¿Qué se creen, que somos algo inferiores? Tengo miedo... ¿Es qué España sigue siendo racista?



Les dejo una instantánea de mi cuarto, y disculpen el desorden pero acabo de instalarme (jeje). Qué lástima que no se vea el balcón, pero se ven las flores de mis nuevas amigas.
Me he tumbado en la cama, y he pensado... Oh Señor, que sola me siento.

Chaito, lindos.

domingo, 17 de octubre de 2010

Besitos españoles

¡Vaya día! Estoy muertísima... 
Aliana, Laura y yo hemos pasado todo el día recorriendo Madrid de un piso a otro. 
Hemos ido desde Alameda de Osuna hasta Leganés, buscando un lugar donde poder vivir... Uf, ha sido un día realmente agotador. Hemos visto casi 10 pisitos y hemos visto Madrid a fondo.
Al final, después de pensarlo mucho con las chicas, he alquilado una habitación en un barrio que se llama Lavapies, que sale bastante bien de precio. La habitación es pequeñita, tiene una cama, un armario para la ropa, un escritorio y una estantería... y un balcón enorme que da a la calle. Es lo más bonito que tiene toda la casa, he tenido mucha suerte.
La casita tiene 3 habitaciones, en las que viven un chico de argentina que tiene 20 años y una pareja india, a los que aún no conozco. Podemos utilizar la cocina, uno de los baños y el salón como sala común y todo me sale por 170 euros cada mes. Mis papás me enviarán algo de plata estos primeros meses hasta que encuentre trabajo, y Ali también va a ayudarme; pero no puedo demorarme, debo encontrar un trabajo pronto para que no tengan que preocuparse. Esta noche Ali ha decidido que duerma con ella todavía, y que mañana iré a instalarme al amueblado.
El barrio de Lavapies es un barrio de clase más bien obrera, muy muy cerquita del centro, así que podré ir andando cada vez que quiera embriagarme del sabor de Madrid. Además, es un barrio donde convive gente de muy diversos lugares. Para ir a la university tengo que coger un metro que está a un par de calles de la mía, más o menos, a unos 10 minutos de mi nuevo hogar. Desde allí tengo que ir a una estación que se llama Moncloa y cogerme un nuevo metro, de color gris (según lo que indica el plano) hasta Ciudad Universitaria... ¡¡CIUDAD UNIVERSITARIA!! ¿Verdad que suena bien chévere? Que poquito me queda para comensar y que ganas tengo. Como aún no controlo el metro de Madrid, Aliana me ha dicho que haremos el recorrido hacia la uni unas cuantas veces para así familiarizarme con él. También me ha pedido que escriba esta noche un curriculum con su ordenador para ir dejándolo por varios establecimientos para encontrar un empleo pronto.


Este mediodía, después de toda la mañana dando vueltas para encontrar un piso, hemos vuelto a casa para comer. Aliana me ha preparado un chivito y... ¡qué delicioso chivito! Les cuento: es una comida típica de uruguay, que mi mamita solía hacernos para cenar muchas noches. El primero mordisco que le he pegado, me ha sabido a casa. ¡Cuánto tengo que agradecerle a Aliana! Le compraré un regalito gigante cuando consiga trabajo, eso seguro.
Cuando he terminado de comer, he llamado a mi family. He hablado con papito, con mamita y con todos mis nenitos... y no pueden llegar a imaginarme todo lo que les añoro. No he podido decir "Hola" cuando ya se me han saltado las lágrimas. Están tan lejos... y yo tan sola sin ellos... De hecho, estoy escribiendo esto y las lágrimas me vuelven a llamar. Lo sé, lo sé, tengo que ser fuerte. Pero es tan duro no despertarme y tomar el almuerzo con ellos, o no estar con mis enanos, o no jugar con la pequeña Gisela... Por no hablar de mi abuelita, la única que tengo, y a la que tanto añoro.
Después de otra tarde llena de visitas a amueblados madrileños, me he venido a casa, me he duchado. Aliana, Laura y Gabriela, después de insistirlas mucho, han salido a cenar y a bailar un rato con unos amigos:
-Linda, ¿de verdad no quieres que me quede? ¿Estarás bien aquí? Sólo saldremos a cenar y a pasar un ratito con unos friends y nos volveremos lo antes posible, ¿vale, Fabiana?
¡Se porta tan lindo conmigo!
-Aliana, salgan y diviértanse. Yo estaré bien, sólo voy a conectarme un rato para hablar con unas amigas y luego iré a dormir.
-No tardaremos. Así mañana estaré despierta temprano y saldremos a ver cómo vamos en el metro y qué trabajos encontramos, ¿de acuerdo lindita?
- ¡De acuerdo!


Así que aquí estoy ahorita, tirada en la cama  y pensando, como no, en mi Uruguay querido.
Después de cenar he hablado con las chavitas por internet y nos hemos visto por la Web Cam. ¡Que chéveres están! Y que ganas tenía de hablarlas.
- Nenitas, las extraño muchísimo. Las adoro. Voy a dormir. Besitos españoles :)
Buenas noches España linda, chao. Kiss Kiss.


¿Les parece barato mi piso, o conocen alguno mejor?



miércoles, 13 de octubre de 2010

El oso y el madroño

Esta mañana me he levantado desorientada, esperando encontrar a mis hermanitos en algún lugar de la casa. Sin embargo, no era mi casa, no era mi familia... ni siquiera era mi país.
Me ha despertado mi mamita, que me ha telefoneado desde Montevideo... ¡Qué alegría escuchar su voz! Una voz conocida, un apoyo lejano. Mis chavitos también me envían muchos recuerdos.
Aix... les extraño mucho ya.
Me queda una semana para empezar la University, ¡que nervios!


Aliana me ha preparado un desayuno de lujo y me ha dicho: "Nenita, arréglese pronto que hoy iremos a ver Madrid".
 Y eso hemos hecho:

Primero me ha llevado a la plaza de Sol, que es el lugar donde los españoles celebran el Año Nuevo, y hemos visto el Oso y el Madroño, una linda estatua que representa el icono de Madrid.
Tras la Gran Vía, y la Plaza de España, Ali me ha llevado al templo de Debod, un lugar lindísimo.
Todo Madrid parece estar hechizado, o más bien la hechizada soy yo. Adoro esta ciudad, ya la adoro y sólo llevo unas horas. En Madrid hay muchísimas personas: que caminan velozmente, que sonríen, que hablan por el celular... Personas madrileñas, españolas, gente inmigrante. Adoro Madrid.


A la hora de la comida, cuando nuestra tripa empezaba ya a rugir, hemos entrado en un restaurante llamado El Museo Del Jamón, de la calle Gran Vía 72, por si a alguno de ustedes le interesa. Ponen unos bocatas riquísimos, y a un buen precio. Yo me he comido uno de jamón serrano, muy español (jeje) y Ali uno de tortilla española.
Después de haber rellenado el estómago, Ali me ha llevado al parque del Retiro, uno de los parques más importantes de Madrid. Nos hemos cogido un autobús que nos iba a llevar directas. Por cierto, ¡qué maravilla de transporte tienen los madrileños! El metro está chévere, qué eficaz...
Sin embargo, en el autobús ha ocurrido un suceso que me disgustó mucho, les comento: Ali y yo nos montamos en el autobús, y nos quedamos de pie ya que los asientos estaban completos. En una estrecha calle madrileña, el autobús frenó de repente, e hizo que nos desequilibráramos un poco. Sin querer, le di un pequeño empujón a una señora, algo mayor, y rápidamente la pedí disculpas: "Discúlpeme señora, no era mi intensión, ¿está usted bien?"
La chava no me contestó, se giró hacia una amiga y la dijo:
"Por Dios, sudamericana tenía que ser, no hay derecho".
En ese mismo instante, se me ha puesto una cara tonta y no sé bien por qué, me  han entrado ganas de llorar. ¡Lo había hecho sin querer! Además... ¡La había pedido disculpas! ¿Hubiese sido igual si yo no hubiese sido nacional?
Ali me ha hecho bajarme del bus porque habíamos llegado, me ha achuchado y me ha dicho: "Nenita, no te lleves una mala impresión por este percance. Todavía hay gente así, pero agradezcamos a Dios que cada vez haya menos".
Este suceso me ha dejado toda la tarde con mal sabor de boca, pero no ha impedido disfrutar del lindo parque del Retiro, que me ha encantado.
Así, tras todo el día paseando de acá para allá, entre estrechas y grandes calles, y entre jardines y ladrillos, hemos caminado hasia casa de Ali y ahora estamos aquí, cenando algo de pizza y viendo Anatomía de Gray.
Mi family va a llamarme dentro de un ratito, y mañana contactaré por Internet con mis amigos. Además, mañana Aliana y su amiga Laura me van a acompañar a encontrar amueblados y un trabajo.
Me siento cómoda con ellas, y feliz de estar aquí, al menos, un poco menos aterrorisada que ayer porque me aportan un apoyo incondicional al estar tan lejos de los que amo.
Lo que me pasó esta tarde no deja de pasarse por mi cabeza, ¿Por qué sigue existiendo racismo en un mundo tan multicultural, y en un país con tanta gente extranjera? ¿Es que acaso no les caemos bien? ¿Es que acaso nos ven con otros ojos? Aquello no era justo, los españoles también habían sido inmigrantes en su historia. ¿Cómo puede seguir existiendo gente con una mente tan cerrada en el mundo y en la época en la que vivimos? 
Amo Madrid, y quiero mucho a España, y ninguna persona va a cambiarme ese sentimiento, lo sé.




























Espero que no me vuelva a suceder esto, y ¡Que el ambiente universitario sea chévere! Les dejo unas instantáneas que hemos tomado hoy de Madrid.
Ai, me llama mami. Chao :)


¿Algún estudiante extranjero podría decirme como le está yendo acá?

miércoles, 6 de octubre de 2010

Bienvenida a España, bombón








Eso fue "¡Bienvenida a España bombón!" lo primero que me dijo Aliana al aterrizar en el aeropuerto de Barajas. Ciudad desconocida, gente desconocida, incluso aquella loquita chica parecía ser otra persona. Miedo.

Aliana me ha abrazado tan duro que aún puedo sentir sus brazos. 
-Ay, Ali ¡Párese! Va a romperme una costilla. Pero no me ha hecho caso.
El vuelo ha sido agotador. pero por fin... ¡¡ESPAÑA!!
El aeropuerto es enorme, espectacular. Nada que ver con el de Carrasco. Nos ha costado mucho no perdernos, pero hemos llegado sanitas y salvas al auto. ¿Dirección? Nueva vida.
Mi mamita no ha dejado de llamarme al teléfono desde que he llegado: "¿Estás bien? ¿Qué tal el vuelo? ¿Has llegado bien? ¿Te gusta aquello? ¿Estás bien? ¿Cómo está Aliana? ¿Estás bien?..." Infinidad de preguntas. Pero no he contestado ni a la mitad, porque he estado demasiado entretenida mirando por la ventanita.
"Te extrañamos mucho, nenita". Yo también.

Madrid. Edificios altos. Muchos autos. Mucha gente. Huele a... Madrid, a nuevo.
Las calles están repletas de gente, paseando para acá y para allá. Nadie parece conocerse. La gente se choca, se esquiva, se mira... Todos caminan veloces. Hay gente de toooodos los países que te puedas imaginar, y eso me gusta mucho. Al menos, me tranquiliza.

He llegado a la hora de cenar a casa de Aliana que está en el barrio de... esperen que recuerde el nombre... ¡Ah! Legazpi. Es un barrio tranquilo, cerquita del centro. 
Cuando he entrado al piso, sus otras dos compañeras Gabriela y Laura (una de Quito y la otra de Las Piedras) me han recibido con un montón de globos y un gran cartel que ponía: BIENVENIDA FABIANA. Además, han preparado un cocido madrileño (o un intento de él) para cenar. Estaba delic... ¡No mentiré! Estaba malísimo, pero la intención me ha contado mucho y me he sentido muy querida en mis primeras horas como madrileña oficial. 
El piso es pequeñito, y ella debe compartir habitación con Laura, pero es muy acogedor. Y las chicas son realmente chéveres, ya entiendo como Aliana está tan agusto allí.
Ali es genial, y no me deja ni un segundo sola. Desde que he pisado suelo español, ha estado detrás de mí para ayudarme.

Sin embargo, no puedo negarlo: estoy muy asustada.
 Tan lejos de casa, tan lejos de mi familia, tan sola... Empezar una nueva vida, en un nuevo lugar, con nueva gente y nuevas sorpresas. He tenido que madurar en las 10 horas que ha durado el vuelo, y he tenido que volverme una persona fuerte, independiente y segura de mí misma para afrontar lo que va a venirme.
Ahora necesito descansar, tranquilizarme. Es cierto, estoy algo aterrorisada. Pero no voy a rendirme, eso sí que no.
Este es mi sueño, que se ha hecho realidad, y a pesar del terror que me recorre el cuerpo, la ilusión se desborda por cada poro de mi piel.

Lula me ha mandado un mensaje al mobile. Me desea suerte, dice que me van a extrañar mucho.
En cuanto se me sequen las lágrimas voy a desearla dulces noches a Aliana y a sus amigas, que no parece que tengan ganas de dormir ya que sus risas se escuchan desde el livingroom.
Mañana será otro día, ¡¡¡en Madrid!!! Aún no me lo creo.

Kiss, Fabi :)

¿Alguien conoce lugares para visitar en Madrid?